En invierno, para mitigar la cosa, había música, alguna película,
revistas, reparaciones, ocasionalmente algún shape.
Vino el tema del skate, todo bien verlo en una revista. Había uno que
vimos, traído de California con ruedas que se gastaban.
Con eso, agarramos los patines de alguna hermana, y salió algo pasable.
Varias idas a Tristán Narvaja nos proporcionaron unos cuantos patines
ferruginosos.
Como decía un amigo, explicando un amorío con una niña
no muy agraciada..."y...quiera que no...Es una compañía".
Los más atrevidos en experimentar largo y ancho de tabla, maniobras,
eran Jorge Boussac y Ricardo Medina.
Nos tirábamos de la casa de Ricardo por Berro hacia Av. Brasil, al llegar
a Cavia girabas a la derecha y te volvías cuesta arriba con el armatoste
en la mano.
Feria de Tristán Narvaja, patines viejos con ruedas metálicas,
algunas macizas y otras de metal plegado. Con ellas hicimos imitaciones y luego
long-boards.
Duraban poco, se gastaban y quebraban los plegados y terminaban cónicos
los macizos, así: < > (los dábamos vuelta) y terminaban
así: > < ,
hasta que quedaban así : = =
Terminamos luego en el Buceo, donde hoy está el Shopping, la Plaza Gomensoro
y la calle Grito de Gloria en Punta Gorda, buscando nuevos puntos de skate .Llegamos
a andar en el Velódromo Municipal con la anuencia de la Comisión.
El Buseca trajo un día un tablón de 70-80 CMS de largo, al pegar
el giro, se veía en la noche el chisperío del metal derrapando
contra la calle, junto con las risotadas y el wwwwwwwooooooooooooowwwwwwww.....Cccchhhhhauuuu
Rodi se pegó un palo, regresó. Sentenció:-"prefiero
caerme en el agua, che".
Llegué a tirarme con Gustavo Zalles por la panorámica
de Punta Ballena, el tartamudo me dijo:
"mmmeeejjj-mmmejor nnos-nosss popo-nnnnemos un buzo bieee.--biiien cchhhii---chi
-chillón pa que pa que no-nos atro atro pelle 1 auto".
También tengo el honor, de haber inaugurado la 1era
pista de skate en la plaza de Punta del Este. Resulta que la hicieron frente
al departamento de mis padres. El día que la terminaron y pusieron el
cartelón "MAÑANA GRAN INAUGURACIÓN", cuando se
fueron.... cruzamos con el Zalles y el Guzmán Lasarte, con 3 skates y
3 escobas, habían tapado el cemento con arena fina y ramas de palmera.
Nunca creímos que íbamos a barrer con tanto entusiasmo y alegría.
X varias horas de la madrugada nos dimos la biaba hasta quedar agotados. ¡¡¡Que
manga de delincuentes!!!
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Con 10 años( 1964) tabla de madera y patas de rana.(
Hay una foto.)
Tuve lío con el marinero de Pinamar, por intentar emular al Lalo, surfeando
olas en la barra del Arroyo Pando (1964), con un tronco. Con 10 años,
miraba "Hawaiian eye" y al Lalo en Pinamar.
Comencé a barrenar olas con una tabla y patas de rana ( no sabía nadar). Luego un compañero de escuela, me llamaba la atención que en lugar de dibujar temas futbolísticos, se dedicaba a diseñar tablas. Nos invitó a la playa el día que compró su 1er. tabla (DASUR), ahí los que aceptamos (Adrián y yo) pudimos pararnos luego de varios porrazos...el compañero era el flaco Fernando Bessega.(año 1966-1967), muchos le debemos nuestra iniciación.
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Esto se lo mandé a Julio Rappa, quien compró
la tabla en donde Adrián la dejó a vender. Actual propietario
de esa histórica tabla, con motivo del comienzo en la revista de surf
“MAREAS” del espacio “Tablas históricas”. La
tienda del mercachifle fenicio Fernando en la calle La Paz.
La madre de Julio, la Dra. Marita Anido, compañera del Hospital me preguntó
meses por el surf y sus peligros. Con el Dr. Pedro Garra, otro endocrinólogo
fanático de la navegación y constructor de velámenes, la
convencimos. Le prometí que me iba a tirar con él. Así
que fuimos a la playa Brava en Punta del Este, con Julio y su familia entera.
Allí le mostré las básicas.
Hace poco, se me aparece en el consultorio del Hospital Policial, con equipo
quirúrgico, un médico, que me invita a escribir sobre la famosa
tabla. No lo reconocí. 25 años que no lo veía, el mismísimo
Julio Rappa, que la sigue conservando y usando en Punta Colorada.
Estimado colega Dr. Julio Rappa :
La tabla Willy que tenés, la trajo Willy de Santos en 1974. El shape era de Roberto Damiani. Era la tabla
más linda que yo había visto en mi vida. En esa época,
comenzamos a correr " La Balconada" en La Paloma. Hubo un día
gigante con olas de metro y medio para arriba, y lo ví andando al Willy
con ella. Recién llegado de Brasil, se estaba dando una exhibición
de buen surfing, muchos nos quedamos en la orilla mirando.
Cuando salió, lo rodeamos, para hablar y verle la tabla. Clark Foam,
quilla "de caja", lo cual era un lujo para la época, ya que
la caja de quitar y poner las quillas, era bastante cara. Un shape acorde con
lo más avanzado en diseño, en fin, para mí fue como estar
al lado de la cosa más linda del mundo.
No me imaginaba que meses más tarde, iba a estar con ella en mis manos.
Imaginate un pibe que andaba con una tabla hecha por él con espuma plast
y resina epoxi, con quilla de madera, pasar a eso.
Claro, me costó todos los ahorros del invierno, pero, considerando este
suceso de mi vida 30 años después, me viene cómo una emoción
con forma de ola rompiendo en tubo perfecto, viendo la punta de esa tabla quebrando
allí...
¿Que podes hacer cuando te agarra algo pasional ? Lo volvería
a hacer ( todas las veces que se me presentaran).
Logré ponerle una quilla "Dolphin fin" que vino desde Hawai.
Creo que todavía está allí.
Fui el segundo dueño, ya que se la compré a Willy, antes de que
se volviera a Brasil.
De la casa del Barreiro, allá en Carrasco la traje a casa, llovía
pero, la alegría que tenía era tanta, que si el del Rápido
Carrasco me decía que no me llevaba, me regresaba caminando y disfrutando.
En noviembre me fui a La Paloma, y sentí la comunión más
perfecta a través de ella, con el océano y te diría que
estaba/estoy en armonía con el Universo desde ese instante.
Meses luego, marché al Brasil con Aldo Ramírez y Leandro Méndez.
Paramos en Torres, y de allí a Imbituba.
Febrero de 1976, el mar daba por lo menos dos metros quebrando en un tubo interminable,
contra el morro a mano izquierda.
¿ Cuántos surfistas?...nosotros tres...eran épocas sin
crowd.
El asunto es que se mantuvo 4 días así, imaginate con toda la
polenta en tu cuerpo de 20 años y esa tabla.
Me entubé por primera vez ahí, claro, salía cuando ya no
daba más. El cuerpo era algo, en esos momentos que no podía frenar.
Pero, sólo aquella persona que lo vivió sabe lo que es.
La tabla me acompaño por cinco años, incluso salí en una
revista que traía fotografías del verano de Punta del Este, allá
por el año 1977-78, llamaba la atención, yo no...la tabla y la
chiquilina que estaba conmigo.La adquirió luego Adrián Antes,
el oculista, colega nuestro. Ahora está en tus manos, por tanto es una
tabla 75 % médica. ( 3 de sus 4 dueños) Saber que van a escribir
sobre ella, es decirme que van a hacerlo acerca de algo muy íntimo y
fantástico que me sucedió en el transcurrir de mi existencia.
Mis saludos y agradecimiento por haberme recordado todo esto,
Saludos, Dr. “Mono" Ravera
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Una vez, mi vieja, que, a pesar de tener comercios al lado,
compraba en los de Benito Blanco, para cuidarnos. Al parecer se inter-comunicaban
con la vieja de Ricardo. ¿Te imaginas a tu vieja, cuidándote de
que te pase algo en las peligrosas aguas de Pocitos? Que vergüenza....¿Qué
iba a hacer?. Se le veía con el paraguas en plena tormenta, mientras
practicabamos. Una vecina, desde el interior del almacén, agarrando la
chismosa con las dos manos, nos señaló con su mandíbula
y le dijo a mamá : “seguro que esos 2 loquitos no tienen madre”
los 2 descerebrados en plena tormenta veraniega disfrutando como 2 cochinos
éramos Rickardo y yo).
Otra madre que las pasó fue la del Flaco y Riña, alguna vez tuvo
que cruzar la rambla con toallas o algun abrigo para sus criaturas que las conducían
a la conocida Prefectura de Trouville.
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Año ¿1974? Enero, caminando por la rambla de
Pinamar, pasó un tipo en bici, se me pone al lado y me observó
un rato, mientras hacía equilibrio con la chiva quieta. Lanas larguitas.
Gafas oscuras, mentón prominente, y una sonrisa cancherita. Al final,
me interrogó: “¿Vai pegar onda?”.
A la pelota, me dije,¿ como adivinó?.
-¿ y vos quién sos?
_ Pino.¿ y vos?, no te tengo visto. Ahí lo conocí, en vivo
y directo.
_ Te tengo, de oídas, vos estás con los de Las Toscas, en Brasil,
le repliqué.
Hicimos buenas migas. En esa primera época tenía un short Patterson
y yo vamos a la playa (no había surf shops). No entendí como había
inferido que yo quería ser o ya era un surfero. Lo único inconfundible
era mi cabeza( con pelo), que de castaño, había virado al típico
rubio surfero. Época en la cual no conocía que fuera del agua,
ya había una tribu surfista, con rasgos reconocibles.
Me invitó a la casa de los padres en Salinas, a terminar una tabla, que
realizó con recortes de foam blanco, (regalo para el hijo del gordo Tato,
Marcelo).Parecía el Parque Güell de Gaudí.
-Perá un cachito, que voy a traer el aerógrafo.
Quedé encantado, iba a ver usar un aerógrafo. (Ricardo ya me había
mencionado ese instrumento sofisticado.)
Apareció… con una máquina de Flit. Desagotamos el tanque
del insecticida, se lavó con alcohol, e ayudé a pintarla.
No sé si estaba laburando con Homero, o con las Kameha Meha..El Tatín
quedó encantado, todavía lo veo, es guardavida en Rocha y vive
allá con la vieja, a quién atiendo desde hace años como
médico, así como atendí a la hija recién nacida.
Pino era (es) un verdadero mejillón de bidé (sobreviviente a pesar
de las más adversas circunstancias).
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El padre de Carlitos de la Fuente, le regaló una voiturette Ford del ´30. Esas cachilas de 2 asientos, 2 puertas y una valija que se abre y queda un asiento trasero, al cual se accede por un estribo en el guardabarros. La mandaron hacer de nuevo. Lo más llamativo fue transgredir los colores originales por un amarillo y azul y una calcomanía discreta que anunciaba: “ Another California Hut Pizza, please.” Ayudé a cargar el cachilo con 3 aventureros que se dirigían al “Far East”.
Los viajes anteriores habían sido obligados, en AFE (la ONDA no te llevaba
las DASUR). Coche propio o prestado, ni en los más alocados sueños.
¡Que imagen, recortada en el atardecer pocitero¡ La Royal Hawaiian
de matt y sin alma de Carlitos de la Fuente, La USA Corky Carroll de Adrián
Antes y la de J. Cabell del Fernando Bessega, puestas de punta con las quillas
para arrriba. Escuché clarito” California Dreamer”. Que felicidad,
salpimentada por los jocosos comentarios de aquellos amigos. Disfrutaba, aunque
me tuviera que quedar. “La primera, corranla por mí…”
Fue mi deseo como fan de aquellos deportistas.
El vehículo desapareció, en la lomita de Kibón y me prometí
que un día iba a ser un surfer también.
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